No es turismofobia, es sentido común
En estos días verás a muchos intentando criminalizar la manifestación del 20 de abril, confundiendo el fondo y desviando la atención. En el contexto de las protestas de la ciudadanía, la criminalización es una táctica que busca deslegitimar a las y los manifestantes y reducir su apoyo público.
Pero que no nos confundan, el 20 de abril no se protesta para acabar con el turismo; ni por odio o rechazo hacia las personas extranjeras que nos visitan. Es un grito en defensa de lo que amamos: nuestro territorio, la vivienda digna, nuestra biodiversidad y el trabajo decente.
Sería estúpido pretender eliminar el turismo por completo, al igual que sería igual de estúpido no poner límites a una industria que impacta fuertemente sobre nuestro territorio y los recursos naturales, en la precarización del empleo ―sin olvidar la doble explotación de las camareras de piso― o la falta de vivienda.
Lo importante es abrir el debate y reflexionar. No todo puede ser negocio para unos pocos de la clase alta empresarial canaria y extranjera.

Canarias tiene un límite
Otro asunto que se quiere poner sobre la mesa de debate es el aumento de la población residente nacida en el extranjero, principalmente de Europa. La clase política dirigente debe prever las consecuencias que pueda tener para nuestra tierra. Esta población se asienta en Canarias atraída por los beneficios del sistema tributario del Estado español con su altos ingresos o porque sus altos sueldos, comparados con los de la población canaria (los segundos más bajos del Estado español), les hace aumentar su poder adquisitivo. Otras, mano de obra atraída por el proceso de exotización que ha tenido nuestra tierra, copan los puestos de trabajo. Esta nueva población tiene también un impacto sobre nuestras infraestructuras y sobre nuestros servicios públicos, como la sanidad y el transporte (basta el empadronamiento para disfrutar de la gratuidad del transporte público), y dicho impacto, como decimos, debe ser previsto y controlado. Por poner un ejemplo sangrante, una de cada dos casas en Fuerteventura la compra un extranjero. No podemos ser un patio de recreo donde nosotras solo seamos parte del decorado para la población europea.

Nuestros acuerdos con Unión Europea deben ser revisados y adaptados a nuestras necesidades. Limitar no siempre es malo; de hecho, puede ser beneficioso en varios contextos. Establecer límites puede crear seguridad en la sociedad canaria, alejándonos de situaciones y escenarios dañinos como en el que estamos en la actualidad. Limitar nos ayuda decir sí o no identificar necesidades, ponerlas en valor y darles prioridad.

La alta clase política y empresarial pueden intentar confundir o desviar la atención para proteger sus intereses económicos o políticos. La confusión y la desviación de la atención son utilizadas por diversos actores con intereses particulares. Por eso hemos podido asistir a un espectáculo mediático en el las últimas semanas, como el presidente del Gobierno canario y representantes de la patronal hotelera y de la construcción inauguran una finca que utiliza residuos de los hoteles como abono; al presidente de la patronal hotelera asegurando que los hoteles están recibiendo llamadas de turistas ingleses para preguntar si es seguro venir a Tenerife; a la presidenta del Cabildo asegurando que ya se están tomando medidas para “reformar [el modelo turístico] sin desmantelar” ; o cadenas de televisión extranjeras preguntado a sus audiencias si deben boicotear nuestro turismo y mofándose de la sociedad canaria con insultos y estereotipos. No siempre hay una única entidad que dirija estas acciones, sino una combinación de factores políticos, económicos e ideológicos. ¿Quiénes se benefician de la criminalización y ridiculización de las protestas ciudadanas y por qué?

Manifestación 20 de abril: no es turismofobia, es sentido común
La alta clase política y empresarial de Canarias se equivocan en desvalorizar las movilizaciones previstas para el próximo 20 de abril y solo lograrán reafirmar la necesidad de una gran manifestación. No pueden seguir de espaldas a la ciudadanía. ¿Por qué les preocupa tanto la manifestación del próximo 20 de abril? ¿Por qué siguen ignorando el creciente sentimiento de rechazo al modelo turístico actual?
Necesitamos el turismo, pero no este modelo. Necesitamos un turismo responsable, con límites, que genere riqueza social y cuide nuestro territorio, nuestros recursos y que no ponga en peligro nuestra cultura y nuestra identidad. Limitar puede ser una herramienta útil para protegerse y fomentar el desarrollo sostenible e igualitario de Canarias de manera consciente y equilibrada.
La manifestación ciudadana del 20 de abril simboliza la resistencia de la comunidad canaria para reclamar lo que nos ha sido arrebatado. Es un combate por la justicia social y ambiental y por el sentido común; una defensa contra aquellos que nos oprimen y devastan nuestro hogar y nuestra existencia. Una lucha que han asumido durante años muchos canarios y canarias, pero el 20 de abril no estarán solas.