El impacto del alquiler vacacional en Canarias y La Orotava: retos y desafíos

Noticas: “El gobierno local de Coalición Canaria en La Orotava rechaza afrontar los desafíos de la vivienda vacacional

El alquiler vacacional ha emergido como un fenómeno omnipresente en las islas, transformando el panorama inmobiliario y planteando una serie de desafíos significativos, incluyendo municipios como La Orotava. Si bien este modelo turístico ofrece oportunidades económicas a pequeñas y pequeños propietarios con condiciones privilegiadas respecto al resto de la clase trabajadora (casi la mitad de la población canaria está en riesgo de exclusión social), su impacto en la disponibilidad de viviendas a largo plazo y en la dinámica social y económica local es objeto de debate y preocupación.

El auge del alquiler vacacional en Canarias ha generado una serie de ventajas y desventajas que vale la pena analizar. Por un lado, el alquiler vacacional podría repercutir mínimamente en la economía local, proporcionando ingresos adicionales a pequeñas propietarias y en el poco comercio local que aún existe (son grandes cadenas multinacionales extranjeras donde normalmente se lleva a cabo el acopio de alimentación y otros productos básicos) ofreciendo a las y los turistas una alternativa a los hoteles tradicionales del todo incluido —hoteles de capital extranjero cuyos beneficios no se quedan en Canarias y que además, han fomentado prácticas y condiciones laborales miserables—. Sin embargo, este modelo también presenta importantes desafíos.

El auge y proliferación de las viviendas vacacionales

La proliferación de alquileres vacacionales ha reducido la disponibilidad de viviendas a largo plazo, aumentando los precios del alquiler y dificultando el acceso a la vivienda para la población local. Además, el alquiler vacacional puede alimentar la especulación inmobiliaria, queriendo unos pocos propietarios acumular propiedades y viviendas, e incluso edificios enteros para este modelo de negocio, y más ahora que la nueva Ley de Vivienda permite habilitar locales comerciales como viviendas.

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Es decir, la demanda turística ha generado una escasez de viviendas asequibles para las personas residentes, especialmente en áreas turistificadas, donde la presión sobre el mercado inmobiliario ha disparado los precios del alquiler y dificultado la búsqueda de vivienda estable. A esto se suma el desorbitado número de viviendas vacías en nuestro archipiélago (1700 solo en La Orotava).

Este fenómeno ha llevado a un desplazamiento de la población local, que se ve obligada a abandonar sus hogares, sus pueblos, sus barrios, sus lazos identitarios, familiares y comunitarios debido a los altos costos de vivienda y la competencia con los alquileres turísticos.

En La Orotava, municipio emblemático de Canarias por su historia y su belleza —no por su estancamiento sociocultural y político durante las últimas cuatro décadas—, estos desafíos se manifiestan de manera especialmente aguda si lo sumamos a la gran cantidad de viviendas vacías: la proliferación de alquileres vacacionales ha alterado el tejido social y económico de la comunidad, generando tensiones (expulsión de vecinas y vecinos de sus viviendas para ponerlas en alquiler vacacional) y desigualdades que requieren una atención urgente por parte de la autoridad local.

La anticipación política

El alquiler vacacional en Canarias plantea importantes retos y desafíos que deben abordarse de manera integral y colaborativa para garantizar un desarrollo sostenible y equitativo en la región. Si bien ha podido generar muy pequeños ingresos para la economía local, también ha generado preocupaciones significativas.

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Uno de los principales aspectos negativos del alquiler vacacional en Canarias es su impacto en el mercado de alquiler a largo plazo. La proliferación de viviendas destinadas al alquiler turístico ha reducido la disponibilidad de viviendas para residentes locales. Este fenómeno ha dificultado aún más todavía el acceso a la vivienda para mucha población local, especialmente en zonas no turistificadas como La Orotava que cuenta, además, con cerca de 1700 viviendas vacías, la mayoría en manos de bancos y fondos buitre de inversión que se hicieron con las propiedades gracias a la crisis inmobiliaria.

Es necesario establecer un marco legal que ponga la protección de la población canaria por encima de los intereses del sector turístico e implementar medidas regulatorias reales y efectivas para abordar los problemas derivados del alquiler vacacional y que este no contribuya a agravar los impactos del modelo turístico sobre la población canaria y el territorio canario.

En conclusión, el alquiler vacacional en Canarias, incluido en La Orotava, presenta una serie de desafíos y riesgos que requieren una respuesta política y social. Es fundamental adoptar medidas que promuevan la sostenibilidad y la soberanía alimentaria garantizando el acceso a la vivienda y protegiendo nuestro territorio y el entorno natural y cultural de nuestras islas.

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